Oigo por la radio cómo Mas,
el presidente en ciernes de Cataluña, le preguntaba a Sánchez Camacho, jefa del
PP allá, algo así como ¿quién es el PP -cuarta
fuerza política en Cataluña, aclara- para imponerle, apoyado en la Constitución,
a los catalanes qué deciden o dejan de decidir? Este señor Mas es un
trilero ideológico, un tahúr de la política pública. Me da igual, de momento,
qué sea el PP. Servidor le preguntaría a él, ¿quién coño se cree usted que es para
ir contra la Constitución QUE NOS HEMOS
DADO TODOS LOS ESPAÑOLES, con el respaldo de no sé cuántos españoles que
viven en Cataluña y que han votado a ERC y su partido? ¿Usted quién es para
organizar lo que es o deja de ser España donde vivimos TODOS LOS ESPAÑOLES?
¿Cómo es posible que este individuo, que va a inducir a
cometer un delito, siga en libertad? ¿Por qué no actúan de oficio los fiscales?
¿Qué ocurriría si yo dijere –es una hipótesis- que vamos a matar al presidente
de Cataluña? Ignoro la ley, pero ¿es posible que yo afirmare esto y me quedare
tan campante?
Dios me perdona, pero me temo que tras muchas realidades políticas,
tras muchos políticos fantoches, tras muchos testaferros de partidos y cartel…
se hallan intereses inconfesables, oscuros nidos de poder que conducen a la
mala vida de todos y a la lujosa vida de unos pocos. Defienden sus intereses económicos
y los intereses económicos de los suyos. ¿Triste? ¡¡Deprimente, pero cierto!!
Totalmente de acuerdo, pero...
ResponderEliminarAl final pienso que la culpa es nuestra por aguantar, por soportar esto con unos y con otros. Nosotros, la clase no-política, tenemos la culpa de haberles dejado campar a sus anchas sin haber dicho nunca ni mu. Ahora que esto del referéndum empieza a tomar forma, no nos podemos quejar de lo que pasa AHORA, sino de lo que permitimos ANTES (estatuto de cataluña, banderas del rey quemadas, clases en los colegios donde no se permitía el castellano...)
Generalmente, suele decirse, estos lodos vienen de aquellos malos polvos... Vivimos el efecto de una causa. Si bien esta causa está abierta desde hace siglos. El asunto está en que nunca se ha suturado bien, amablemente, con corrección... y hoy supura. Otro tanto sucede en el País Vasco. No obstante quien no quiere contentarse -y los políticos en su afán de poder son difícilmente contentables-... ¡mal negocio! Además, me temo, quizá haya tramas no solo de poder, sino de dinero y la codicia, la ambición económica... tampoco conoce tasa. Muchas gracias por su comentario.
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