viernes, 16 de marzo de 2012

La jueza Alaya, con dos cojones, donde los haya: divagaciones.


Encima con tarea para casa... ¡ole su arte!
          Llegado el momento en que se ven, uno tras otro, los casos en que se dan connivencia entre funcionarios y cargos a dedo, puestos políticos: hay que menear el cocotero. Los cargos nombrados a dedo se han convertido en una plaga y una administración paralela que prostituye, desacredita y mancilla al funcionariado verdadero de este Estado. El funcionario nace con carácter vitalicio, con un sueldo corto y constante, para no tener que depender en ningún momento del político de turno. El funcionario es un servidor de todos. ¿Qué han hecho los políticos? Eludir a los funcionarios creando unos servicios paralelos, ¿o es que usted no conoce a algún amigo que, siendo funcionario de carrera y cierto nivel, es relegado al baúl de la mesa sin papales, de la función sin función y sustituido por un pelaperros amigote de sí se sabe qué politicastro, y que ocupa el cargo con extrañas y tortuosas atribuciones?
          ¿Qué puede temer el funcionario? Lo que suele ocurrir: que el jefe de turno, puesto por la cuerda que manda en plaza, lo esté jodiendo todo el santo día desde que entra hasta que sale; que le den encargos impropios que bordean su función; que… y ante eso no todos podemos ser Chuck Norris ni la jueza Alaya…, con dos cojones, donde los halla.
         No se trata de montar la cacería, pero hay tirar de una vez por todas a la manta…  A tiro limpio con ella: ¡Viva la libertad verdadera que busca la verdad y vive a su amparo! ¿Que hay muchos funcionarios que lo son por el carné? ¡Hasta ahí estamos!, pero esto no puede seguir así. El funcionario debe denunciar los tejesmanejes del politicastro indecente de turno, levantárselo a los periodistas, que lo aireen, y que el juez lo cobre y lo guarde… ¡¡Y a por otro!! Políticos decentes: quiero pensar que la mayoría; funcionarios decentes: la inmensa mayoría… ¡¡Pues vamos ya!!
         El problema está en los jefecillos de los organigramas donde sirven los funcionarios. Ahí no debe haber duda. Las personas que ocupan cargos de responsabilidad tiene que llevarla a término: saber llamar la atención al funcionario que no trabaja, que no es puntual, que no… ¡¡Qué fácil es decir YO COBRO EL COMPLEMENTO, pero no me arrimo al COMPAÑERO incumplidor!! De arriba abajo hay que cumplir, con verdad, con afán, afabilidad, con responsabilidad, con lealtad… Mientras el miedo y la mentira, el chalaneo y el nepotismo, el clientelismo y billetaje estén trenzados en los hígados del funcionariado tendremos ladrones, incumplidores, sinvergüenzas en la función pública.
         Les aseguro, por lo que he observado, que son los menos y salen de vez en cuando en los sucesos de los periódicos y asociados a políticos…
         ¿Qué fue de la campaña de MANO PULITE? ¿Qué fue del fiscal que intentó sacar la cuadra en Italia? ¿Qué fue de Antonio Di Pietro? Todo aquello devino en lo que decía el Gatopardo, cambiarlo todo para que nada cambie… ¿Chi lo sa?
Guerrero, sonriente, supoya, ignorante de que iba camino del talego... ¡jo qué risa!

1 comentario:

  1. Aplicar sencillamente la ley a todos por igual...¡es tener dos cojones!, lo que me deja en la mente la pregunta
    ¿los demás jueces los tienen como "aníses"?¿como anises los tiene el fiscal que dice, que aunque presidió el instituto "noos", la infanta no tenía idea de nada?

    ... la Alaya encima está de buen ver la paya...

    ResponderEliminar