lunes, 26 de marzo de 2012

Todos ganáis…: ¡Jo qué tropa!


         Medito y no hallo ninguna otra realidad en la que salga lo que salga, sea cual fuere el resultado todo el mundo sale ganando. Además de las elecciones no se me ocurre otra. En ningún deporte, por ligerito y elegante que sea, se da: siempre división de gustos, de opiniones, reparto de cabreo y dicha… En lo profesional… tampoco: todo negocio busca el equilibrio, aunque siempre las partes creen que salieron un pelín más beneficiadas una que otra: diré que la del otro, aunque en el fondo creo que fui yo quien se llevó el gato al agua. ¿Pero y en las elecciones? En las elecciones… ¡todos ganamos!
         No hablo de Asturias porque me coge a trasmano y me dicen que no lo entiendo. Hablo de mi pueblo, de lo ocurrido al Sur… ¡que miro atónito!
         Niego absolutamente la lectura que hace Rubalcaba y rectifico mi apreciación. No era él quien no deseaba ponerse al lado de Griñán, sino este quien no deseaba que se le pegara quien acababa de perder las generales hace tres meses… y tenía el malaje: “¡Apártate que tiznas!”, le decía la sartén al cazo. Ahora, sin embargo, Rubalcaba, sin análisis de mesas, sin análisis de ciudades, pero tirando al bulto, que a veces algunas caen… “El principio del fin del PP”, la política del PP que ha sido elegido para cuatro años, tras tres meses, ¿ya se ha desgastado? Por el Supremo Arquitecto, don Alfredo, ¡qué cosas tiene vuessa merced! Voacé es muy malillo y tiene muy mala follá… El dientecillo retorcido, pero eso no son sino juegos de mesa, gracietas de café, trifulcas con espadas de cartón… Hay que analizar los pueblos por sus habitantes y sus hechos, las mesas, las capitales aparte… Usted, se dirá: “Declara que algo queda”. Lógico y propio de quien respira por donde puede.
         “Victoria histórica del PP” decía mi detestado Antonio Sanz. Sí, amigo, victoria pírrica, como decía uno de mi pueblo, “de las que obtenía Pirri con el Madrid” –curturón, marañón-. No Sanz, querido, ustedes se presentaron para gobernar y no lo harán. Ustedes han sido eficientes, pero no eficaces. Arenas, insisto, tiene que ser cambiado por un líder de este lado del río… De la otra Andalucía. Arenas sigue transmitiendo la imagen de señorito que Andalucía no traga. Se dejó limpiar los zapatos en Sevilla por un limpiabotas y eso le partió las piernas políticas. Su moreno de carita nos dice de un tío que tiene tiempo para esas chorradas de la jet. Habla lento y sin contundencia. Cuando dialécticamente golpea siempre lo hace con guante de badana, suave, marcando casi el golpe, sin tocar al adversario. En política dentro del guante hay que meter la herradura de los dibujos animados. Ustedes, todo el grupo de la otra Andalucía, están de más. Nos sobran eses por zetas y jotas relajadas… y necesitamos el acento recio de este lado del río… donde cojones tiene una jota que raspa la garganta al salir pronunciada.
         A los sindicatos, si por mí fuera les quedan dos pelados… ¿No querrán una huelga para que les levantemos la tesorería con el dinero de todos? Mirad, compañeros, quien quiera que se sindique y quien se sindique que pague y con eso os organizáis vuestros bailes… Donde hay vino, bebed vino, donde no hay vino, agua fresca. ¡Y a jugar a los billares de Moisés!, que es lo que hacía el cándido de Cándido Méndez.
         Medito y todos han ganado: la izquierda por conservar el poder; los conservadores de izquierdas porque conservamos el poder; la derecha una victoria histórica; Valderas…, Gordillo…, puño en alto, el progreso marxista de la Andalusía der gentío por la iguardá… ¡al gobierno de Andalucía la Grande! Me pregunto qué gano yo… ¡y qué coño voy a ganar si no soy de ningún partido ni de ningún sindicato, si solo soy un mirón! Yo por mirón pago los tiestos rotos…

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