Cruzo
dos informaciones muy simples. Parecen bromas, pero no lo son. Un correo donde
Pérez Reverte, contenido y prudente, habla de la posibilidad de que los políticos
hagan una oposición de temario general: las cuatro reglas que se decía en la
Primaria que yo cursé, algo de Geografía, un poquito de idiomas –inglés como
condición sine qua non para los políticos de regional a primera división-, algo
de Historia Universal (un que voy que vengo por encimilla, que luego dicen que
una victoria pírrica era la obtenida al estilo del madridista Pirri, y quedamos
todos como Pistolicas en Barcelona)… Si quieren ser políticos al servicio de
sus conciudadanos a opositar, a demostrar ciertos conocimientos… Un examencillo
básico de ética en general, sin distinciones: de privada y pública y esas
disquisiciones… ¡ÉTICA!
Oigo
a algún político de Castilla La Mancha decir que el sueldo que les han puesto
es bajo (creo que unos 1500 pepinos del ala). Que así solo pueden dedicarse a
la política los ricos. Que… ¿¡¡pero qué me cantas arradio!!? Rara vez el
triunvirato política-poder-dinero son servicio. Delante de ellas arden de
continuo las velitas de la codicia y la ambición, cuando no los velones de la
mentira, el odio y voracidad sin tasa. El rico que se presenta a la política lo
sigue siendo cuando termina, se va o lo largan; el no rico, cuando termina, se
va o lo largan lo normal es que tenga mejor aspecto, más inmuebles y más
billetes en la cartera (¿Usted ha visto al foto de Felipe González en sus
primeras elecciones y de mi Alfonso Guerra… y las de ahora? Ni punto de
comparación. De la pana al traje cortado a medida, de ir sin corbata a la
corbata de seda, del puro sin sortija al habano de Fidel… La evidencia canta).
Añado
una idea a la expuesta por Pérez Reverte. Quien ejerza un cargo político que
gane un sueldo idéntico al que tenía antes de ingresar en la política, más las
dietas de gastos demostrados por tal servicio. No se trata de recibir un tanto
fijo de dietas, sino variable: tanto gastó en su viaje en tren, en avión, en
comidas, etc. todo justificado… y pagado (las putas, las francachelas, y los
excesos se pagan del propio bolsillo y reciben sanción y denuncia pública,
cabrones). ¿Y si el político no tenía oficio ni beneficio antes de entrar en la
política? Muy fácil: nadie podrá ejercer en la política sin haber antes
cotizado a la Seguridad Social en cualquier puesto de trabajo un mínimo de cinco
años. ¿Qué se tienen que dedicar a la política activa, directa, etc. personas
con cierta edad? ¡Pues sí!
Ojo:
a quien no le guste que no vaya. La guardia civil no lleva a nadie a casarse ni
a presentarse a unas elecciones. Si a usted no le gusta, no le interesa, no le
conviene… ¡no vaya, no se presente! Dedíquese a su empresa, a su taller, a sus
clases, a su fábrica… En este caso, su condición de político, obliga a
determinadas realidades que la inmensa mayoría no cumplen, sino que incumplen,
vulneran, contravienen, violan… y disparatan.
No
se crean, no confíen: no habrá oposición; tampoco se autoimpondrán unos sueldos
que los limiten. Hay que tener mucho espíritu deportivo, ser muy magnánimos,
generosos, serviciales… para proponerse obstáculos. ¿Los políticos? En el
fondo, hoy por ti, mañana por mí. Y sálvese quien pueda.
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