“No se crea usted…
¡Usted no arreglará el mundo!”. Me dice un parroquiano presente ante el
comentario denunciatorio que hago en voz alta de una situación, digamos…: anómala,
¿ilegal? Efectivamente no seré yo quien arregle el mundo, caballero, mas… ¿quién
se va a poner a ello?
Esa
pepona desaparecida del PSOE que dijo que las estrellas se habían conjuntado
para dar dos astros como Obama y Zapatero –Dios les dé a los tres el don de la
profecía del que carecen- no acertó: perdone que el sujeto esté tan lejos del
verbo, núcleo del predicado. La
Pajín dijo que era histórico para el planeta la aparición, así,
tal cual, aparición, de Obama y Zapatero. Zapatero nos jodió, Obama no lo arregló y,
servidor, CON EL PODER DE QUIENES NO TIENEN PODER… hace lo que tiene a su
alcance –a mi amigo Carlos Munuera se lo comenté en un tuit hace unos días-. Lo
penúltimo callar. Lo penúltimo amenazar y no dar. Lo último morir en el
intento.
El
mundo tiene difícil apaño, pero usted hable, denuncie, no se amargue… Un grano
no hace granero, pero grano a grano…
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