jueves, 23 de febrero de 2012

Don Pablo la Parra: yo le pago el papel higiénico; pero usted paga la escolaridad.

A/A Asociaciones de alumnos
         Leo que:


         Resumo: El estudiante ejemplar que replicó al presidente Fabra, Pablo la Parra, que ha sido galardonado en los Premios al Rendimiento Académico, aprovechó la entrega de su premio para quejarse entre otras cosas, parece, de que no había papel higiénico en los baños de no sé qué instituto.


          Señor la Parra usted será una máquina estudiando, pero también es un estreñido que la ha cagado. Me explico: se ve que no usa los baños de su instituto. Si los usara sabría que, desde hace muchos muchos años, con raras excepciones, en este país maleducado, inculto, ignorante, zafio, egoísta… NO HAY PAPEL DEL VÁTER EN LOS BAÑOS DE LOS INSTITUTOS, porque los alumnos generalmente mojan el rollo de papel y los lanzan para pegarlos en los techos del baño, o bien, con el rollo atrancan el váter y tiran repetidas veces de la cisterna para jugar a inundar el piso y producir manchas y así nos divertimos mucho y nos limpiamos el culo con los dedos, los calzoncillos, las braguitas, un folio o un pañuelito de papel… Así señor la Parra, bájese vos del apellido y aterrice en el arte –pues es su especialidad- de los aseos de instituto. En Mundología 0, es decir: BOLO. Ni tenéis vos ni puta idea. Le daré solo un paseo por el baño y la clase es gratis total…
         Tampoco habrá, por si no lo sabe, normalmente dispensadores de jabón porque suelen los alumnos prenderles fuego mientras fuman, pero no es por hacer daño, sino por ayudar un poco a que se mueva el mercado de los dispensadores y así se dinamiza la economía.
         Tampoco habrá, por si no lo observó, normalmente tapas en los váteres porque les tiembla el pulso a los alumnos y o se cagan en ellas o las rompen por el mismo motivo de dinamización de la economía ya explicado en el párrafo anterior.
         Tampoco habrá, por si no lo observó, normalmente grifos de rosca o monomando, sino de presión para que ellos solitos se cierren, y evitar así que los chicos desmemoriados -¡se trabaja tan poquito la memoria!- al dejar abierto el grifo no produzcan inundaciones y consecuencias descritas arriba.
         Tampoco habrá, por si no lo vio, una cadena para tirar de la cisterna del váter, que suele ser sustituida por algún otro sistema mucho más caro, complejo, etc. pero que evite que los alumnos tiren de la cadenita hasta romperla, se la lleven para no hacer nada con ella, pues el juego trata de cómo joder la cosa; juego que suma cero porque todos perdemos.
         Tampoco habrá, por si no lo vio, probablemente espejos en los baños, pero no para evitar la vanidad, sino para evitar que los rompan los alumnos y puedan tener alguna otra idea no menos buena y se hagan pupita, el nene.
         Tampoco habra visto, posiblemente no lo observó, que los baños suelen tener un mollejón, sumidero o buzonera para que la previsible pérdida abundante de agua por motivos tan innecesarios como rechazables, pueda irse por alguna parte y evitar males mayores. En su casa, seguro, no hay sumidero.
         Tampoco habrá observado, quizá ni lo vio, que los colores de las puertas de los baños cambian con frecuencia o son pintadas con frecuencia… En algunos casos las bisagras se sueldan…, incluso, ya ve: para que los tontos  de barrio que hacen de forzudos no pongan las puertas sobre las cabinas de los váteres… Y las puertas se pintan porque de todo hay escrito. De lo menos original, pero menos ofensivo quizá leyó aquello, rimado, de:

         Caga feliz, caga contento,
         pero cágate dentro.

         De los placeres sin pecar,
         sin duda, el mejor, cagar.

         Arrímate al váter, cabrón: no la tienes tan larga como crees.
        
         Nunca sale el tiro triple con la última gota… ¡machaca!

         Lamento que esto no haya sido paseo por sala del Prado, pero así, poquito a poco, desde el papel higiénico… hasta muchos otros objetos podríamos hacer los contribuyentes muchas manifestaciones porque nos duele en la cartera lo que ustedes, muchos de ustedes, niños ricos de países ricos, desperdician y malbaratan por el gusto de irse un poquito más allá del papel higiénico… a la nada, a la pura nada, por desgracia.

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