El
Estado del Bienestar es la finca grande de los abuelitos. Cierto que la
trabajaron mucho, que se invirtió mucho en ella, que nos dio mucho, pero..., ¡ay,
PERO!: la familia ha crecido en exceso y gasta demasiado y ahorra y trabaja
poco. La finca que daba para cinco familias ahora no da para veinte –donde comen
arroz cuatro, comen ocho…, si se echan seis puñados más de arroz-. Hoy con la
finca de la Seguridad Social no nos podemos curar todos, operarnos de aquí y
allí y por allá, y medicamentos a tutiplén...; paro para todos y subvenciones para todos (especialmente para los amiguetes del PARTIDO); con lo que da de sí la finca ahora no podemos ir todos a la escuela
y repetir cursos y que nos den ordenadores y que estemos ocho en un aula y que
haya medios audiovisuales por doquier y libros gratis y becas para quienes
incluso no estudian… ¡Y que nos manden a pasear libros al extranjero! Ahora, en
casa, hay que prescindir de la doncella, de la costurera, del ama de llaves,
del chófer y del muchacho de los recados… y que cada uno se haga sus gestiones,
conduzca su coche… ¡o vaya andando!
QUIEN NO ENTIENDA ESTO ES IMBÉCIL, de sálvese
la parte.
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