miércoles, 28 de noviembre de 2012

ESPAÑA: UNA, GRANDE Y LIBRE... ¡Con dos cojones!




 — ¿Qué quieres tomar?
 — Una alhambra especial.
 — Por favor, ¡camarero!: dos alhambras especiales.
 — Oye, ¡cuánto tiempo sin vernos! ¡Qué buen aspecto tienes!
 — Sí, ya era hora que echáramos unas gaseosas y charláramos.
 — ¿Cómo te va?
 — No me puedo quejar. Sigo aún con el taller en el pueblo. ¿Y tú?
 — Bueno, pasé por el tribunal médico y me dieron la invalidez gracias a Juan Sola, el abogado muy listo, que es compañero, pero sigo atendiendo el negocio con mi mujer aquí, en la capital.
 — Has hecho bien porque está muy jodida la situación. Yo tenía a tres trabajadores contratados en el taller, pero hablé con ellos y llegamos a un acuerdo de despido, pero siguen trabajando.
 — ¿Están despedidos y siguen trabajando?
 — Sí. Nos viene bien a todos: yo me ahorro los seguros sociales, que son la polla de caros y ellos cobran el paro y el sueldo…, ¡pero claro yo les pago menos que cuando tenían contrato! Y así todos contentos: Ellos ganan más y yo también.
 — ¿Y si te trincan?
 — ¿Quién va a pasar por el pueblo? Además, los tres talleres que estamos ahora abiertos allí hacemos lo mismo y no nos vamos a denunciar unos a otros para jodernos.
 — ¡Ah, vale! A nosotros, en el negocio, un día nos visitó un inspector de trabajo y, por suerte, yo me encontraba en la puerta del local, fumando un cigarrillo.
 — ¿Pero estaría tu mujer?
 — No, ¡qué va! El negocio lo llevo yo en realidad, pero les dije que lo regentaba mi mujer, que es la que aparece en los papeles, y que yo estaba allí ocasionalmente porque ella había salido un minuto a un asunto urgente. Además tuve una suerte de putamadre, el pallopony que tengo allí sin contrato estaba ese día en el médico… ¡menos mal, coño!
 — ¿Y se lo tragó el pavo?
 — ¡Claro! Se fue y no ha vuelto más. Me acojoné un poco. Si no se traga aquello nos multa y a lo mejor hubiera perdido yo la paga. Al menos eso me dijo Juanito Sola.
 — La verdad, es que estos inspectores son unos gilipollas o les importa to un güevo porque les han reducido el sueldo y ganan menos. De todos modos los cabrones de los funcionarios, para lo que hacen… ¡anda y que les den porculo! Total, para lo que hacen, mucho ganan aún. Hablando de esto, ya ves: mi hija chica estuvo a punto de perder la beca porque alguien fue por ahí contando que el taller no estaba declarado y nos daba muchos ingresos y tal.
 — ¿Y qué pasó?
 — No, nada, no se pudo demostrar lo que decía el cabrón anónimo. Eso de la declaración lo tengo bien trincao. La niña sigue cobrando todos los años la beca máxima, unos 5000 euros, que son para ella, para sus gastos del teléfono y sus salidas…
         (Suena el teléfono móvil). Uno de los dos colegas saca su teléfono, consulta el número.
 — Perdona: es un proveedor. ¡Oye, que significa esa factura con IVA del otro día!... ¿Cómo?... Nada de eso. Me la emites de nuevo sin IVA o no cobras...sí, hasta las seis estoy allí. Hasta luego.
 — ¿Te quieren meter el IVA?
 — Sí, se lo he dicho al tío de las pizzas mil veces  y sigue dale que te pego con el IVA de los cojones: aquí nadie paga un duro y quiere que lo pague yo, tiene el tío güevos, ¡y encima los muy chorizos del Gobierno nos lo suben a las nubes para ellos cobrar más…! ¡Una mierda!
 — Sí, vaya mierda de país, con tantos impuestos.
 — Por cierto, sabes que me he comprado un Audi.
 — ¿Sí ¿Cuál?
 — El Q7
 — Joder ¡el que llevan los futbolistas!, que pedazo máquina... te habrá costado un pastón.
 — Sí, es caro, pero me he ahorrado una pasta. Si quieres te digo cómo.
 — Dime, dime...
 — ¿Tienes a algún minusválido en tu familia o  a alguien de confianza que lo sea?
 — Pues no sé, tendría que verlo...
 — Yo lo he puesto a nombre de mi padre que, como sabes, tiene una gran minusvalía. Me he ahorrado el Impuesto de Matriculación, me han hecho una rebaja en el concesionario, no pagaré jamás el Impuesto de Vehículos al Ayuntamiento y, para colmo, aparcaré donde me salga de los güevos, en cualquier plaza de aparcamiento reservada para minusválidos ¿Por qué te crees que hay tanto coche de gran cilindrada con el cartel de minusválido en las calles?
 — Estás en todo, macho, pero ¿se tragarán que tu padre conducirá eso con 80 años siendo  minusválido?
 — Éstos del Ayuntamiento se lo tragan todo. ¿No han estado tragándose lo de las recetas de cáncer de mama para abuelos con manguera? ¡Aquí cuela lo que les echen! Por cierto, hablando del Ayuntamiento ¿te has enterado lo del alcalde del pueblo? ¡Qué cabrón! ¡Que bien amañado lo tenía todo! ¡Qué poca ética! A mí me extrañaba que la recogida de basura siempre la ganara la misma empresa.
 — Sí, ¡qué cantidad de hijoputas ladrones nos gobiernan! Y para colmo hay que mantenerlos a toos. ¿Y el asunto de ese que era presidente de la Junta, dándole un pastón a la empresa de su niña y los ERES y lo que quieres…? Comisiones, trincadas, cazos… ¡vaya una mierda de país! Y ahora los catalanes que también se trincan lo que pueden y nos echan a nosotros el perro…
 — Ni que lo digas, vaya país de sinvergüenzas y corruptos nos gobiernan. No hay que votar a ninguno, que son toos iguales. Van a lo que van.
 — Oye, quieres otra cerveza.
 — Sí, sí, vale. Pero disculpa un segundo, que voy a asomarme a ver el coche, que está en segunda fila.  

         España, una unidad de destino en lo universal…

No hay comentarios:

Publicar un comentario