sábado, 17 de noviembre de 2012

LOS LIBERTICIDAS TOTALITARIOS Y PURITANOS



Usted puede encomendarse al demonio.
Usted puede hacer reuniones satánicas.
Usted puede decir que le encanta la pornografía.
Usted puede llamar compañera a su amante.
Usted puede llamar a la oración desde el alminar.
Usted puede decir que es chiquito alto, huevicorto y descojonado.
Usted puede jactarse de ser un poyacorta o un pichafloja.
Usted puede reconocer su homosexualidad, su bisexualidad, su hermafroditismo…
Usted puede cagarse en lo más limpio y sagrado de las creencias de los demás.
Puede usted mentarle la madre al más prójimo o lejano.
Puede usted alardear de ideas obsoletas, necedades, gilipolleces…
Puede opinar y preciarse de quedar en ridículo por su ignorancia infinita.
Puede usted vestir, andar y subir y bajar las escaleras como quiera…
Puede insultar a tutiplén, sin cargos ni consecuencias.
Puede usted… ¡y silbando! ¡¡Tan contento!!

               Ahora bien, eso sí:

               Como usted haga referencia a su condición de católico.
               Como usted diga pagar sus impuestos.
               Como usted haga referencia a la Madre de Cristo, la Virgen Santísima.
               Como usted diga que quizá la Iglesia tenga razón.
               Como usted sea honrado, sincero, cabal, honesto.
               Como usted aporte datos objetivos sobre qué es y fue la Iglesia.
               Como usted intente dialogar y ser razonable…
               Como usted hable de la verdad y su búsqueda, de su existencia.
              
        Usted es un cabrón desorejao, intolerante reaccionario e inquisitorial, retrógrado, nazi-fascista-totalitario, papista y cainita… 


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