El pobretico de Willy Toledo
Cuando era un niño, el comienzo de muchos chistes era “¿Sabes el de
Jaimito que…?”: los chistes de Jaimito estribaban en su sentido común y en su
traviesa imaginación. Luego, pasado el tiempo, se contaban semejantes, pero de
leperos: “Va un tío de Lepe…” y, en este caso, se tachaban a los ciudadanos de
allá de lerdos, torpes, etc. (entiendo que injustamente, pero así ha sido).
Ahora, en mi vejez, los chistes comienzan “¿Sabes el de Willi Toledo que...?". Y
estos chistes tratan del cinismo, de la frescura, del ridículo, de la vergüenza
ajena… y no invitan a reír, sino al sonrojo y las lágrimas. ¡Pobrecillo! ¡El
hambre que da las peores cornás!
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