Leo
el periódico como hacía años que no hacía: con saña y hasta los anuncios. ¿Cómo
hubo tiempos y días en que leía cuatro periódicos cotidianamente? Olvidé cómo
se hacía eso.
Leo
el periódico y resumo, sintetizo:
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José Luis Buendía hace años escribió un artículo que se titulaba algo así como:
La jodienda no tiene enmienda. Escribí
algo al respecto y comprendo que tenía razón. Un presentador inglés ya muerto
es acusado de pederastia; otro tanto del mismo paño con no sé quién que tiene
que ver con Barrio Sésamo: más de lo mismo. El sheriff de la CIA, un general
laureado que vino de Afganistán, se empicó en el melón de quien no era su mari.
El director de la BBC dimite porque en un programa pusieron de chupa de dómine
en plan pedofilia a no sé quién y luego resultó que no era… La carne, suele
venir de primero en esta casa.
-
La sustancia del accidente de Madrid se tiñe del color del dinero; el personal ante
el desahucio se tira por el balcón: los bancos quisieron trincar más de la
cuenta (servidor pagó un préstamo al 18,5% en 1987, ¡y lo pagó enterito!) y
quienes pidieron y llenaron antes más y mejor el ojo que la tripa se ven ahora con
el agua al cuello: ¡alguien tendrá que pagar los tercios que nos hemos tronchado!;
los colegas de Lula el brasileño, el presidente sindicalista y de la leche de
nosequé, se han enganchado en la manteca; el Virrey de Andalucía, mi Caniche,
es acusado de conseguidor de Ruiz Mateos justo en el flan Dhul –dhule que te
dhule- de mi pueblo: se puso la primera piedra, ¡pero no la última!, ¡qué propio
lo veo, coño, con esa pala y el hijo del RUMASA!; los ERES de mi Andalucía son
un trincódromo de pasta sin tasa ni control: ¡maricón el último!; los
consejeros de las cajas no sabían ni de economía ni de contabilidad, pero “a
tuerto o a derecho, ¿mi casa…? ¡hasta el techo!” (la puta vieja Celestina lo
dijo)… El mundo… de segundo.
-
Ya de postre tenemos que donde dije digo y añado y quito diego y así Valderas
en mi Andalucía dice que Pepe, Griñán, ese gañán, al que acusó de trincón no lo
es tanto; leo a Rejón ese baenero metido a restaurador: me caía bien y me sigue
cayendo bien, ahí está mi hombre en su Zuheros (larga vida al Minerva); la IU
de mi Andalucía ha sido tocar poder y meter “a los suyos” (no olvidaré el mitin
en que alguien le gritó a Felipe –¡de Borbón, no, coño!: este no ha dado un
mitin en su vida, ni lo dará- el Felipe González… “¡¡Felipe, colócanos a toos!!”.
Y no le dio tiempo de colocarlos a toos… lo que se dice a toos, pero sí a
muchos); Más quiere más para su Cataluña; Oriol Puyol… más entodavía; los políticos
de ETA me producen bascas… Estoy ahíto.
Resumiendo que aquello que decía –y dice- la
Iglesia es por algo: el mundo, el demonio y la carne son los tres enemigos del
alma, de la vida digna y buena, de la búsqueda de un mundo mejor, de una
sociedad más justa y es que el tiempo tiene su poquita de mala leche y no es
que quite o ponga razones, es que suele aportar claridad, una irradiación
necesaria para hallar la verdad. Dice el refrán que más sabe el demonio por
viejo que por demonio. La Iglesia es una vieja institución que sabe del hombre.
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