Un
joven pasea por la plaza de un pueblo y decide sentarse en un banco. Lo hace
junto a un señor viejo. Comienzan a
conversar sobre el país, el gobierno y finalmente sobre los legisladores y sus adláteres.
─ Muchos de los
políticos son como una tortuga en un poste, ¿sabes? – el dice el viejo
al joven.
El
joven medita la apreciación del viejo. Al rato contesta:
─ Lo siento. No comprendo
bien la analogía... ¿Qué quiere decirme con eso, señor?
El
viejo le explica:
─ Si vas caminando por el
campo y ves una tortuga en equilibrio encima del
poste de una alambrada, ¿qué se te ocurriría?
Viendo
la cara de incomprensión del joven, continúa con su explicación y le dice:
-
Primero: No entenderás cómo llegó ahí.
-
Segundo: Te costará creer que esté ahí.
- Tercero: Sabrás que no pudo haber subido
solita ahí.
- Cuarto: Estarás seguro que no debería estar
ahí.
- Quinto: Serás consciente que no va a hacer
nada útil mientras esté ahí.
En realidad lo único
sensato sería ayudarla a bajar.
Se calla el viejo y añade
de pronto:
─ EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES, HAGÁMOSLO MEJOR, TRATEMOS QUE NINGÚN
ANIMAL "inútil" SUBA AL POSTE.
Anónimo.
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