El
Gobierno Central, que es del PP, desde Madrid, por razones conocidas ha pensado
que una solución, en parte, para la crisis está en que los funcionarios
apoquinen de su salario otra poquita de su pringue. En Andalucía los socialistas
han ejecutado los acuerdos con Madrid y han atado al poste de los fusilamientos
y subido al patíbulo de los pagos… ¡a los funcionarios! Pepe, enchufa la guillotina eléctrica...
Madrid y Sevilla dos maravillas. Los
peperos en Sevilla dicen que los socialeros de la Junta son unos pillatigres y
como no quieren renunciar a sus prebendas, les rebajan el sueldo a quienes les
resulta más fácil bajárselo. Estamos hartos de ver en La 2 que las leonas
siempre pelan al más facilón de la manada, al que tienen más a garra… ¡ese
se lleva el mordisco brutal en el pescuezo! Pues esto es igual. Los funcionarios
están ahí, tan a lo suyo, a sus servicios, tan cerca de las garras de los políticos, a sus investigaciones científicas o
policiales, a sus investigaciones médicas, en sus ventanillas, en sus papeles,
en sus enfermos, en sus aulas, en sus consejerías… ¡dale que te pego! Y como
están con la cabeza gacha y a lo suyo, llegan los leones del pelucón y se comen
parte del sueldo… sin que los muy mandrias puedan decir esta boca es mía.
Cierto que la disyunción propia de la
modernidad que plantean los socialistas es una falacia. O echamos a la gente o
sus bajamos los dineros… ¿A quiénes les bajamos los dineros y les subimos las
horas? ¡A los cebras estos de los funcionarios que tenemos a un toque de
ordenador! ¡Izquierda, de frente…! ¡Marchen!
Pero hay otras soluciones. Apunto algunas. Se juntan los
militantes del PP con nómina, coche, tarjeta de gastos a cargo de mi declaración y más...
a la inabarcable ubre de los contribuyentes… y dicen: Renuncio voluntariamente
a un 30%, a un 40%... y estoy dispuesto a ganar como la media de lo que ganen
los funcionarios –ignoro cuál será esa media-, pero ahí nos plantamos. La
media. Otro tanto podrían hacer los cocodrilos llorones de mis socialistas. Mi Gordillo,
ese pardillo, y sus huestes… Valderas, menudas tragaderas: “Ciudadanos y ciudadanas, andaluces y andaluzas, compañeros y compañeras... -diría
mi Pp. Griñán,
ese gañán-, hemos decidido bajarnos el sueldo, prescindir de los escoltas, de los
saraos, de las prebendas… y todo a favor del común…”. Ese día me quedo yo
mismamente como Moisés viendo cómo la zarza ardía sin consumirse.
Pero mientras se obra el milagro
imposible… A todos estos andarríos les repito como el cura Chamizo, el defensor del pueblo…: “La
gente está hasta el gorro de ustedes”, lo que en román paladino viene a ser que
estamos hasta los mismísimos cojones de que no estéis chuleando y disputando
entre vosotros sin solucionarnos los problemas y todo a costa nuestra. Me cago
en toos vosotros en alta mar, que es el doble que en tierra.
Y añado: ¿por qué no nos comparamos con Navarra..., doña Consejera de Economía?
Y añado: ¿por qué no nos comparamos con Navarra..., doña Consejera de Economía?
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