Si te tocara ir al puesto que tienes allí, no te olvides de la foto de familia para tenerla en el chavolo. |
Leo
no sin asombro –ver, escuchar o leer lo que dice mi Cabezorro es siempre
asombroso-, ese Manolo
Chaves, el sinca, que tiene unos arranques de peón caminero
jubilado, dicho sea con todo respeto. ¿Que qué dice mi Lolo? Pues mire ha
venido a decir que se muera papa… si es mentira, pero que en su Gobierno “en
ningún momento, nunca, nunca, nunca, ni amparó, ni conoció ninguna
irregularidad ni ninguna ilegalidad". Lolo, mi arma, llevabas una temporada calladito y
a resguardo y ahí debieras seguir, cariño, que es abrir el pico y sube el
gasoil… ¿Cómo vamos a pensar nosotros, los tuyos, quienes hemos crecido a medio
camino entre Franco y tú que, sabiendo tú que
había irregularidades no las habrías corregido ¡o habrías ido dándote patadas
en el culo al primer Juzgado a denunciar que las había!? ¿¡Pero cómo se te
ocurre esto!?
En todas las pelis de cárceles los entalegados cuentan que están
en el trullo por errores judiciales. Piénsalo Lolo, uno no atraca un banco y se
va corriendo a los guardias a decirles que ha hecho una cosa fea y mala… Eso es
la confesión sacramental: uno peca y se confiesa y se arrepiente y talytal y no
lo entalegan. En la Justicia humana, si tú hubieras sabido que en tu Gobierno
había trincones, trileros, butroneros de cajas, levantadores de eres… y todo
eso que dicen que hubo… ¡pues serías un encubridor de haberlo sabido y no haber
llamado de inmediato a los guripas!, ¿lo comprendes Lolo? Por tanto, ¿qué te
corresponde a ti decir? NADA. Más callado que un pito, so espabilao, que tienes menos luces que una máquina de trillar. ¡Con
lo que hemos sufrido por tu mala cabeza en Andalucía!: Te mandamos a Madrid a
que hagas la Corte… y tienes que abrir el pico y disparatar, que luego, como
por la boca muere el pez, y por su cabeza los conoceréis, se ríen de nosotros,
los andaluces, cuando te oyen aportar OBVIEDADES, EVIDENCIAS, AXIOMAS
elementales en los campillos para los nenes de mi calle… Excusatio non petita…! Tú calla, Lolo y ya veremos. Ojo: ¡tampoco
mientes a la guardia civil! Eso es nombrar la soga en casa del ahorcao: tú no me cabrees a los guardias…,
Lolo, coño.
Te digo que calles porque nosotros nos pasamos las
comisiones por la pura rima, es decir, por los cojones… ¡ahí no pasa na!
Eso sí te digo, Lolo, como te llame la jueza Alaya, ahí sí que
hemos jodido el compás. Entonces, querido Cabezorro, sí que con la Justicia
hemos topado. Si te llama la jueza Alaya, dos cojones donde los haya, lo mejor
es que eches el kit del entalegao:
cepillo, pasta, toalla, jabón, peine… no eches que te lo dan al entrar; pero un
par de mudas de calzoncillos y las chanclas de la ducha te vendrán bien; ve a
verla con ropa cómoda para que, si decide guardarte, estés elegante, pero
sencillo (llévate la cazadora de los mítines, un pantalón fresquito y unos
zapatos fáciles de quitar y poner, ¿sabes? Nada de chándal, que pareces un
interno pobre… Tú elegante, Lolo, con distinción).
Sí te digo de corazón… No deseo mal a nadie. Dios te libre
de padecer por lo que no hayas hecho. Para nadie deseo la cárcel, pero sí te
digo, a ti, al Caniche, a la Ojazos y al Viera que, si
la habéis hecho y se demuestra…, tengáis el temple para entrar en el talego que
habéis tenido para delinquir, a calzón quieto.
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