jueves, 7 de junio de 2012

Querido Manolo Chaves...


Si te tocara ir al puesto que tienes allí, no te olvides de la foto de familia para tenerla en el chavolo.
         Leo no sin asombro –ver, escuchar o leer lo que dice mi Cabezorro es siempre asombroso-, ese Manolo Chaves, el sinca, que tiene unos arranques de peón caminero jubilado, dicho sea con todo respeto. ¿Que qué dice mi Lolo? Pues mire ha venido a decir que se muera papa… si es mentira, pero que en su Gobierno “en ningún momento, nunca, nunca, nunca, ni amparó, ni conoció ninguna irregularidad ni ninguna ilegalidad". Lolo, mi arma, llevabas una temporada calladito y a resguardo y ahí debieras seguir, cariño, que es abrir el pico y sube el gasoil… ¿Cómo vamos a pensar nosotros, los tuyos, quienes hemos crecido a medio camino entre Franco y tú que, sabiendo tú que había irregularidades no las habrías corregido ¡o habrías ido dándote patadas en el culo al primer Juzgado a denunciar que las había!? ¿¡Pero cómo se te ocurre esto!?
         En todas las pelis de cárceles los entalegados cuentan que están en el trullo por errores judiciales. Piénsalo Lolo, uno no atraca un banco y se va corriendo a los guardias a decirles que ha hecho una cosa fea y mala… Eso es la confesión sacramental: uno peca y se confiesa y se arrepiente y talytal y no lo entalegan. En la Justicia humana, si tú hubieras sabido que en tu Gobierno había trincones, trileros, butroneros de cajas, levantadores de eres… y todo eso que dicen que hubo… ¡pues serías un encubridor de haberlo sabido y no haber llamado de inmediato a los guripas!, ¿lo comprendes Lolo? Por tanto, ¿qué te corresponde a ti decir? NADA. Más callado que un pito, so espabilao, que tienes menos luces que una máquina de trillar. ¡Con lo que hemos sufrido por tu mala cabeza en Andalucía!: Te mandamos a Madrid a que hagas la Corte… y tienes que abrir el pico y disparatar, que luego, como por la boca muere el pez, y por su cabeza los conoceréis, se ríen de nosotros, los andaluces, cuando te oyen aportar OBVIEDADES, EVIDENCIAS, AXIOMAS elementales en los campillos para los nenes de mi calle… Excusatio non petita…! Tú calla, Lolo y ya veremos. Ojo: ¡tampoco mientes a la guardia civil! Eso es nombrar la soga en casa del ahorcao: tú no me cabrees a los guardias…, Lolo, coño.  
         Te digo que calles porque nosotros nos pasamos las comisiones por la pura rima, es decir, por los cojones… ¡ahí no pasa na!
      Eso sí te digo, Lolo, como te llame la jueza Alaya, ahí sí que hemos jodido el compás. Entonces, querido Cabezorro, sí que con la Justicia hemos topado. Si te llama la jueza Alaya, dos cojones donde los haya, lo mejor es que eches el kit del entalegao: cepillo, pasta, toalla, jabón, peine… no eches que te lo dan al entrar; pero un par de mudas de calzoncillos y las chanclas de la ducha te vendrán bien; ve a verla con ropa cómoda para que, si decide guardarte, estés elegante, pero sencillo (llévate la cazadora de los mítines, un pantalón fresquito y unos zapatos fáciles de quitar y poner, ¿sabes? Nada de chándal, que pareces un interno pobre… Tú elegante, Lolo, con distinción).
         Sí te digo de corazón… No deseo mal a nadie. Dios te libre de padecer por lo que no hayas hecho. Para nadie deseo la cárcel, pero sí te digo, a ti, al Caniche, a la Ojazos y al Viera que, si la habéis hecho y se demuestra…, tengáis el temple para entrar en el talego que habéis tenido para delinquir, a calzón quieto.

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