Estuve
dos días fuera de la realidad cotidiana. Nada más viejo que un periódico de
ayer. El correo se me llena de noticias, de invitaciones, de cartas de amigos,
de solicitudes… Muchas gracias. Llego con mucho esfuerzo a todos y a todo.
¿Por
qué los profesores no desean que los resultados de sus Centros salgan en un
baremo?, me pregunto. Dicen que es algo clasista, elitista y no sé que
chocheras más. Los tontos siempre regresan por la supuesta vía del progreso. Desde
hace tiempo, la Sociedad
no se toma en serio al profesorado y el profesorado no se toma en serio a sí
mismo. La dignidad, no se olvide, no se roba, pero se dilapida y luego su
recuperación es compleja y costosa, en medios y tiempo. Los profesores
malversaron el prestigio que los maestros y los profesores de instituto tenían
en la Sociedad.
Me
pregunto, ¿a los funcionarios de carrera no se les sometió a una prueba donde a
todos se les puso una nota y en función de esta se les situó en una plaza u
otra? ¿Eso no era clasismo, exclusivismo, selectivismo…? Entiendo que es lo normal.
Hago una prueba; se obtienen unos resultados; se emite un juicio. ¿No hacen eso
a diario los profesores con los alumnos en sus clases cuando evalúan y
califican? ¿Hace unos días no baremaron a sus alumnos y hubo algunos de 2º de
Bachillerato a quienes se les concedió una matrícula de honor con la que
obtienen algunos privilegios que se han sudado durante años de esfuerzo
sostenido? ¿Eso es elitismo? A eso se llamaba antes justicia: dar a cada uno lo
suyo.
El
profesorado hace muchos años que perdió el control de su propio destino
profesional. Perdieron su prestigio y se convirtieron en animadores culturales,
en el bombero torero de las aulas, en guardianes de niños encerrados en centros
enrejados, con cámaras de vigilancia y puertas cerradas; hoy son el hazmerreír
de una Administración que se los salta a pídola, son el pimpampún de la Administración, los
papás y los propios niños que los mean mientras ellos confusos sonríen
bobalicones y dicen que llueve…
¿Por
qué no se puede hablar de excelencia en la educación? ¿En qué consiste la
cacareada calidad de la enseñanza pública? Se atiende a los alumnos malos,
mediocres, a quienes no desean estudiar, a muchos indisciplinados… que tienen
aulas de apoyo, profesores de apoyo, refuerzos, medios extraordinarios…, pero
¿y quienes desean estudiar, son disciplinados, ordenados, desean aprender…? Esos
padecen la indisciplina, la molestia y el desagrado de los compañeros mientras
los profesores maniatados, presos, en un cataclismo de impresos sobreviven
náufragos mientras rellenando papeles y documentos e informes que a nada
conducen, que nada arreglan, y cumplimentan casillas de programas que alguien
inventó, que quizá alguien en algún sitio imprima y hasta es posible… que algún
pedagogo, psicólogo, estadístico… reduzca a números y de ello deduzca algo,
llegue a alguna conclusión inocua, roma, anodina, cobardica y a seguir
barajando…
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