Infantes de Marina en Afganistán... la guerra. |
En tiempos de paz en la cartilla militar, quienes hicimos la mili, lo sabemos, el valor se nos suponía, aunque en mi cartilla ni consta. Estaba bien. Eran tiempos de bonanza, tiempos de tirar con pólvora del Rey: cuatrocientos treinta y siete días de Infantería de Marina. Tiempo de alargar la adolescencia al sol, tiempo pueril de escopetas de caña y espadas de cartón y jugar a la guerra en las márgenes del río.
El viento, sin embargo, ha cambiado. El tiempo hoy viene violento. Hemos entrado de nuevo en tiempos de guerra, tiempos fuertes, tiempos duros, tiempos hostiles, momentos críticos. No es la hora de los pusilánimes, ni de los cobardes, ni de los timoratos…, ni de los perezosos. El valor hoy no se supone, se demuestra. Es momento de la heroicidad en lo cotidiano. Es hora de saltar el parapeto. Es el momento justo de desembarcar: la mar picada, la noche cerrada, la peor de las costas posibles. El enemigo acecha. Hay que bajar a la lancha de desembarcos y no se ve, no se oye sino el rumor de las armas. Es tiempo de tirar con la pólvora propia. Hay que saber qué balas se disparan y cómo… Hay que llegar en punto al trabajo y TRABAJAR y rendir… Y salir en punto. No basta con echar hojas: hay que dar fruto. Se acabaron los solitarios en las pantallas del trabajo. Hay que cuadrar al céntimo. Imposible cuadrar bajo el epígrafe: GASTOS VARIOS E IMPREVISTOS.
Hay verdadera necesidad. Hay pensiones de ancianos holgadas, pero la mayoría son breves como un suspiro; hay parados sin ayuda ninguna; ocho euros es un dineral… Antes no, ahora sí. Ahora hay verdadera necesidad. Hay HAMBRE.
Imposible seguir pagando la lujosa plaza del estudiante que solo pasea libros. “No quiero paseantes de libros”, se decía en casa. Las aulas no están para calentar los asientos. Bien está que se siga ayudando a quienes no pueden…, eso sí: ¡¡EN LA ENSEÑANZA OBLIGATORIA!! Imposible regalar un ordenador para leer el MARCA y ver a las TÍAS y a los TÍOS. Inviable otorgar una beca por el mero hecho de matricularse, por estar, por mirar, por nanear… Las becas deben ser para quienes se las ganan. Las medallas son para quienes las pelean. Quienes no se ponen, quienes no quieren, quieren no pueden… que dejen de estudiar en 4º de la ESO y que se formen en otros ámbitos profesionales que puedan permitirles el acceso al mundo del trabajo: el bachillerato y la Universidad es para quien se los trabaja. Llegó la hora en que no se puede popularizar el Rolls Royce por mucho que nos guste. Lo siento: es un tiempo fuerte. Al Rolls se subirá quien por su casa lo tenga o quienes por sus méritos se lo ganen.
Es la hora del Cid… Hemos querido todos ser aristócratas de la sangre y vivir como si papá fuera don Juan March: imposible. Las batallas se ganan luchando. Arrimarse a los buenos, el Lazarillo, lo dijo es a base de trabajar, de esforzarnos… Lo demás: deleznable demagogia, cinismo de café, batallitas con gintónic.
Mi descanso es el batallar, que dijo don Quijote. Sí, señoras y señores: no hay más cojones… don Quijote vuelve al camino.
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