domingo, 22 de abril de 2012

Santiago Carrillo pregunta por los recortes.


         Por poco que haya seguido este blog, será consciente de que Santiago Carrillo para mí no tiene ningún otro don que el de ser sospechoso “de hacer cosas feas”, que diría el Consejero en funciones de la Junta de mi Andalucía. Carrillo suena en mi memoria a muy pasado y a nada bueno. Santiago Carrillo es un santo de la izquierda sin hornacina ni iglesia. Carrillo es el modelo de político profesional que saltó de las juventudes de la UGT al PCE y desde ese momento vivió siempre como funcionario del comunismo internacional y español. Carrillo me recuerda a algunos de mi pueblo que mataron en Paracuellos del Jarama. Carrillo suena en mi pasado a un hombre que detuvieron con una peluca. Me recuerda a don Rafael Calvo Serer, hombre de una pieza entera. Me suena al comunista que fumaba tabaco rubio americano, Winston por más señas, mientras yo apenas tenía para pagarme un negro español, Ducados (yo trabajaba con nómina y él seguía cobrando por ser comunista). A Dios pongo por testigo de que no le tengo ni rencor ni odio. Es un nefasto personaje de la Historia de España. Me dicen que a sus mil años ha sido operado de apendicitis y que, al abrir el ojo, lo primero por lo que ha preguntado es por los recortes.
         No debe preocuparse el viejo comunista, como mínimo, español. No, a él no le faltará con su pingüe pensión como diputado. Y ya, a su edad, por mucho que le recorten de la coleta, de la tripa y de la colita… no importa. Viva en paz, sin luchas de clases, el dirigente comunista. Y a mejorarse, que Dios da a todos amparo y hace salir el sol para buenos y malos, ricos y pobres, altos y bajos, inocentes y asesinos…

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