Como no podía ser de otro modo, presentados los presupuestos que toda Europa alaba, el partido en la oposición, esta vez PSOE: no está de acuerdo, no le parecen bien, peores no hay, están hechos contra el propio pueblo...
Escuchaba hoy una cadena de radio y sin saber cuál era, he comentado: es FULANITA. Todo cuanto se refería a la huelga vivida era estupendo, un bálsamo de éxito, unos cuantos desalmados –Willy Toledo es solo un picarón- eran los culpables de la manta de palos que se llevaron algunos comerciantes, etc. Es FULANITA…
Antes ya de que el Gobierno presentara los presupuestos, antes de que dijera lo que dijera, el partido en la oposición y en España siempre está ab-so-lu-ta-men-te enfrente: imposible el acuerdo. Supongo que nos pondríamos de acuerdo, y no quisiera comprobarlo, por el horror, sería ante un ataque externo. Ha sido decir los franceses que nuestros deportistas se dopan y decirnos entre nosotros: “Espérate un momento. Ahora seguimos jodiéndonos; pero vamos primero a pelar al gabacho de marras”. Y ahí te quiero ver: prietas las filas, mis camaradas van… ¡Sin fisuras y al gabacho! No le cuento ya, si lo que se nos viene encima es la morisma… Entonces ya…, la leche: al sur se la tenemos echada en agua. Más vale que no lo comprobemos. Más valen nuestras guerritas con espadas de cartón y los tiros de mentirijillas que no vernos envueltos en un festival de ese jaez.
¿Tan difícil es ponerse de acuerdo en algo que pudiera ser objetivo en alguna de las partes? A veces me da la sensación de que se producen escenas desagradables, enfrentamientos sin sentido, pérdidas de todo sin ton ni son, disparos con balas de fogueo, pura pirotecnia, pues los políticos, unos y otros, se han visto previamente, han charlado, han comido juntos. No me puedo creer que Rajoy y Rubalcaba se lleven tan mal como escenifican. Un tipo que me dice en público perro judío hoy y mentiroso mañana, sea quien sea, se me hace complicado mirarle a la jeta y sonreírle con un “Buenosdíastengasuseñoría”, más bien me dan ganas de acordarme de su parentela en alta mar, que siempre es el doble que en tierra…
Antes de que comience el partido ya estamos desde la grada piropeando al árbitro y gritándoles que “Abanicos de colores parecen tus cuernos”. Contaba, mi amigo Martín Morales que, en su pueblo, hace ya años, había un concejal que, empezado el pleno, subía las escaleras a grito pelado vociferando “¿De qué coño habláis que no estoy de acuerdo?”.
La genialidad del pintor sordo ilustra hoy esta entrada. Dicen que fue Larra el primero en hablar de las dos Españas irreconciliables, unas Españas que ya venían arrastrando una confrontación sin techo ni tasa. No deja de ser curioso que fuera un vecino, el historiador portugués Fidelino de Figueiredo, quien escribió As dues Espanhas en 1932, cuatro años antes de que aquí se organizara la Gorda.
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