miércoles, 11 de abril de 2012

Modelos que se pueden imitar.

        Es la primera vez que he oído hablar de un señor llamado Alejandro Toledo, de profesión PUBLICISTA. Cuenta este caballero que, al querer saludar a un colega que andaba delante de él por la calle, lo vio entrar en un comedor de Cáritas y que, al momento, salió con una bolsa… Su colega, hombre de éxito en su oficio, tenía que acudir a la caridad y la limosna públicas para sobrevivir.
        Este suceso ha hecho que Alejando Toledo -por lo visto conocido y brillante publicista de grandes marcas, artistas, etc.- haya decidido hacer un anuncio gratuito: lo felicito también por su trabajo… ¡magnífico trabajo! Sin sensiblería, pero mostrando la realidad cruda que llega al corazón y a la cabeza… Espero que también a los bolsillos. (Para ver el vídeo: Cáritas de Madrid).
        Las palabras convencen, decía Ortega, pero los ejemplos arrastran. Estamos necesitados de ejemplos que nos eleven. Necesitamos héroes, modelos positivos, personas concretas a las que poder imitar. Es cierto que el escaparate de ladrones, asesinos, mentirosos… está como el Ganges en día de jubileo. Pudiéramos temernos que en nuestra sociedad no abundan los modelos positivos, pero esos modelos concretos existen. Quizá no haya que mirar lejos, sino cerquita, en el vecindario, quizá en la propia casa donde se pueden encontrar los héroes de a pie, los santos aún por beatificar, los ejemplos de tantas personas, como este señor Toledo, que nos impulsan hacia lo mejor.
        Llevan muchas semanas las personas que se ocupan de Cáritas pidiendo de todo: dinero, productos alimentarios no perecederos… Más dinero, más dinero… Los llamados bancos de alimentos están vacíos. Cada dos mañanas, en mi viaje al trabajo, observo a tres señoras –a veces van cuatro- que acuden al banco de alimentos y ya, temprano, vuelven con sus bolsas. Van aseadas, deprisa andan, no van mal vestidas, ni desarrapadas, ni… tienen para comer.
        Cuando de los esquemas generales pasamos a los concretos, cuando de las macrocifras pasamos al vecino del segundo que está parado, cuando el desahucio amenaza a un vecino de nuestra calle… es entonces cuando el relativismo cierra su puerta y se sintetiza en la verdadera solidaridad, que no es otra cosa que ayuda concreta a la persona, a las personas, a las situaciones próximas que nos rodean.
         Termino y enlazo con otra noticia. Un legionario con 25 años, desde Afganistán –que es la Gran Puñeta- cuenta cómo antes de ir allá quiso saber de aquel país. No lo supo hasta que llegó y vio la miseria viva, la necesidad lacerante y cruda… "los primeros días de estar aquí, te conmueve ver la realidad". Allí dice estar aprendiendo a ser "una persona más madura" y tener como prioridades el "compañerismo, el trabajo y la superación". "Unos valores que los jóvenes de hoy en día están perdiendo". A lo mejor, si nos rascamos la vida, el bolsillo y visitamos unos comedores –las parroquias están hasta la bola de necesitados- nos enteramos de qué va esto de la crisis de la que hablan los políticos…

        Gracias señor Toledo.

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